Amante como la piedra,
eres la roca partida,
envuelta en tu soledad...
Claman los pájaros bicolores con sus plumas al viento,
que no entiendes a veces el mensaje del sol...
Entráste como las estrellas,
cuando la vida nacía entre las flores,
te llamas como las náyades,
y aún te entregué mi alma...
Aunque tu no lo sabes.
Vives entre mis ojos azules,
que te encuentran como al mar,
y aún te aman más que a él,
con tu olor al café del sur,
a llamas en enero,
y a lumbre de invierno,
No cambian los días sin que les pongas tu nombre,
y en mi vida las canciones llevan tu perfume,
de rizos morenos y sonrisa llena...
Mi corazón lo llenas y lo vacías.
como las madrugadas vacían de negro
la noche interminable,
y tu calor es mio, o lo sería...
Si acaso yo fuera dueño del mundo...
Hoy vuelvo a decirte que te amo...
Hoy vuelvo a rendirme entre tus manos...
Mi pequeño, Grande Amor...
eres la roca partida,
envuelta en tu soledad...
Claman los pájaros bicolores con sus plumas al viento,
que no entiendes a veces el mensaje del sol...
Entráste como las estrellas,
cuando la vida nacía entre las flores,
te llamas como las náyades,
y aún te entregué mi alma...
Aunque tu no lo sabes.
Vives entre mis ojos azules,
que te encuentran como al mar,
y aún te aman más que a él,
con tu olor al café del sur,
a llamas en enero,
y a lumbre de invierno,
No cambian los días sin que les pongas tu nombre,
y en mi vida las canciones llevan tu perfume,
de rizos morenos y sonrisa llena...
Mi corazón lo llenas y lo vacías.
como las madrugadas vacían de negro
la noche interminable,
y tu calor es mio, o lo sería...
Si acaso yo fuera dueño del mundo...
Hoy vuelvo a decirte que te amo...
Hoy vuelvo a rendirme entre tus manos...
Mi pequeño, Grande Amor...