Aunque tu no lo sepas...

Casi siempre te eche de menos

Casi siempre te eche de menos,

un de menos descreído,

un de menos increíble y cabizbajo,

con pocas esperanzas,

de echarte de mas...

pero toda la ilusión, se fundió en ti,

en nuestro abrazo de aquel día,

cuando ya te creía lejana...

tan lejana como una galaxia sin nombre,

o un camino entre las hojas...

Recogí del suelo la sonrisa,

la sonrisa,

que se me cayo cuando te fuiste...

y volvieron las mariposas

adonde antes,
 había un estómago que era su casa,

cada vez que me mirabas...

y tu ya nunca sabrás,

si te amé,

cuanto te amaba,

ni siquiera yo sabía,

lo que a ratos sospechaba...

que con tu marcha se fue,

lo poco que me quedaba,

y quedé viviendo solo,

con una vida prestada,

prestada,

de sueños llena,

de que un día regresaras...

Estas en aquel lugar...

Estas en aquel lugar,

al que los ojos miran cuando la sed aprieta,

junto la pared blanca que se extiende interminable,

hasta la puerta de la esperanza...

No te pintan ya las mañanas ni el sol te alumbra,

en el amanecer extendido,

por las nubes flotantes...

Llueve,

otra vez mas en mis ojos 

porque,

no se borra tu recuerdo,

ni queriendo,

ni dejando de querer...

Puedo jugar contigo cuando vuelves,

y el horizonte se llena inmenso,

de tu eterna sonrisa...

Donde esta la realidad de ti...

Donde esta la realidad de ti,

que te busco entre las fibras de mi esperanza,

y ni asi se me caen de ti tus ojos,

o el mendrugo, 

de tu mirada...

Hambre de un destello,

de la luz que te tocaba,

recuerdo de tu penumbra,

cálida en mi madrugada,

rastro tibio de tu cuerpo,

escondido entre mis sabanas...

Donde esta la realidad de ti...

Acaso fui murmullo y me alejo,

como el agua, se desliza, 

interminable,

pero no llego a tu mar,

ese mar en tu mirada...

Quiero aquella calidez,

aleteo de tus alas,

tus alas de golondrina, 

la que en mi pecho anidaba,

refugiandose en mi alma

en aquellas madrugadas.

Ternura de tu sonrisa, 

recostada en mis palabras,

llenas de amor y de nada,

de nada más que de ti, 

porque todo lo llenabas,

y ajeno yo al mundo entero, 

tu soñabas en mi cama,

entre mis brazos paloma, 

que soñando se arrullaba...

y yo abria entre mi pecho

una luz cual sol brillaba,

porque llenabas mi todo, 

solo tu y apenas nada,

que no salen mas palabras

porque se quedan escasas

porque no hallo ni cordura,

ni la forma de expresarlas,

queda todo tan pequeño,

si solo pienso en tu alma,

tu recuerdo entre mis manos,

tu mirada encadenada,

repleta de sensaciones,

de que jamás me cansaba,

pudiera cantarte niña,

mil veces mil que te amaba...

quizas tan loco que nunca,

llegue a entender mis mañanas,

donde tu hueco dejaba, 

 roto en pedazos mi cuerpo,

mi cuerpo sin ti y sin alma...