Hoy me saludaste sonriente,
y contemplé impoluto y brillante,
tu esqueleto...
Escuché el ruido cruel
de los huesos al torcerse
para juntar tus falanges con mi mano
y un quejido de tendones quebradizos,
como papiros crujientes,
llorando mientras te apretaba.
No te pregunté nada,
tus cuerdas vocales
desaparecieron hace tiempo,
Me quedé mirando
tus cuencas vacías,
donde una vez asomaban
tus ojos brillantes,
y se me encogió el corazon.
te fuiste con tu maleta raída
y mugrienta calle abajo,
y volví a recordar que algún día,
me tocaría a mi vestirme de
esqueleto,
para encogerle el corazón
a un buen amigo,
que de seguro se cruzará conmigo
cuando ya este muerto...
y contemplé impoluto y brillante,
tu esqueleto...
Escuché el ruido cruel
de los huesos al torcerse
para juntar tus falanges con mi mano
y un quejido de tendones quebradizos,
como papiros crujientes,
llorando mientras te apretaba.
No te pregunté nada,
tus cuerdas vocales
desaparecieron hace tiempo,
Me quedé mirando
tus cuencas vacías,
donde una vez asomaban
tus ojos brillantes,
y se me encogió el corazon.
te fuiste con tu maleta raída
y mugrienta calle abajo,
y volví a recordar que algún día,
me tocaría a mi vestirme de
esqueleto,
para encogerle el corazón
a un buen amigo,
que de seguro se cruzará conmigo
cuando ya este muerto...