Para cercar tu ausencia,
me basta el sonido de una Ola,
el iris cegador de la pupila del Sol,
o la sonrisa de un niño.
Para cercar tus manos,
me basta con un suspiro de la tarde,
una caricia de nuestras miradas al tocarnos
o la premura de la caida de una hoja,
cuando despierta el otoño.
No cerco tu corazón
pues lo quiero vivo y libre,
libre hasta de las cadenas del cariño,
libre hasta con las cadenas del tiempo,
que a veces nos conoce y nos llama,
nos susurra y nos grita,
nos aturde...
...y nos calma.
Quiero cercar hoy esta mañana
en ese instante,
el instante del tiempo en que eres mia,
cubierta del halo,
que te pinta
como a un cuadro,
en el que habitan mi alma y tu.
me basta el sonido de una Ola,
el iris cegador de la pupila del Sol,
o la sonrisa de un niño.
Para cercar tus manos,
me basta con un suspiro de la tarde,
una caricia de nuestras miradas al tocarnos
o la premura de la caida de una hoja,
cuando despierta el otoño.
No cerco tu corazón
pues lo quiero vivo y libre,
libre hasta de las cadenas del cariño,
libre hasta con las cadenas del tiempo,
que a veces nos conoce y nos llama,
nos susurra y nos grita,
nos aturde...
...y nos calma.
Quiero cercar hoy esta mañana
en ese instante,
el instante del tiempo en que eres mia,
cubierta del halo,
que te pinta
como a un cuadro,
en el que habitan mi alma y tu.