Las llagas silenciosas,
con su contumaz procesión
impertérritas a los avisos de la luz,
a la cadencia de la belleza,
en nuestras vidas,
en nuestras vidas,
Las llagas silenciosas,
matando las llamadas de la primavera,
tornando cada sonrisa tan oscura,
como las noches de enero...
Que dolor tan limpio,
tan pulcro en su perfección...
y lloramos entonces,
cuando las llagas silenciosas,
gritan su dolor sordo,
a cada paso que damos,
recordando que fuimos otros,
donde otros nos amaron...
Este pleclaro doliente
en la espera de la nada,
como duele destruir una rosa,
incluso cuando la intención no existe,
y las llagas silenciosas,
anuncian la llegada de otro invierno...