Mi cara es angulosa, más cuadrada y ancha que entonces,
mi mirada distinta, ya no tiene aquella inocencia y felicidad libre
de cuando era un chiquillo...
Echo de menos aquello, los pensamientos eran abiertos, puros,
no existía la preocupación, mas que para la hora de estar en casa,
o si aquella me gusta o le gusto, etc...
Ya me gustaba leer,y devoraba en las horas de recreo libro tras libro,
día tras día en la biblioteca de San Carlos, cerca de mi colegio de curas.
Había días, aquellos que estaba mas desapacible el tiempo, en que solía ir al dique de abrigo, a ver romper las Olas,
me quedaba tan absorto mirando el azul,
que se me pasaba la media hora del recreo volando,
a "mear a la orilla de la Mar", como decían, mis amigos de entonces,
hoy ya no sé que ha sido de ellos, camina la vida por tantos y tan distintos caminos...
...tan rápido se me pasaba el tiempo, que tenía que volver corriendo al colegio.
Alguna vez el Padre Zabalza, me decía al llegar a clase, "parece que vienes de un Marathon, Chiquito Arregorri..."(...)
Cosas del tiempo
ResponderEliminardel mar
y de su azul...
Lindo relato, gracias por compartirlo : )
Cambiamos, amigo, cambiamos.
ResponderEliminarHacer mayor es cambiar sin renunciar a lo que fuimos.
Para ti es el mar. Para mí los bosques.
Para todos siempre hay paisajes conservados.
Abrazos.
Supongo que cambiamos porque es la única estategia que conocemos para seguir viviendo... pero lo más importante de nosotros siempre nos queda dentro y nos hace reconocibles para todos aquellos que saben mirarnos.
ResponderEliminarUn saludo para tí.