...El Mar, solo... yo, solo...
solos y en compañía el Mar y yo...
Sobre la arena que reflejó nuestros
nombres...
mis pies la sienten,
temerosa de las olas que remueven su cuerpo,
a su antojo perpetuo...
Me tomo un tiempo, un instante,
antes de penetrar al Mar... a su cuerpo azul
voluptuoso y libre...
A sus mil brazos que te envuelven
en comunión perfecta...
Mi naturaleza és su aroma,
mi risa sus algas,
mi pelo su espuma rubia, eterea,
que se hizo cabellos,
para no desentonar,
en mi cuerpo de hombre...
El me sonríe entre nieblas y sal...
me acoge en su seno como a un
trozo de él que se hizo carne, y huesos,
y pisa la tierra cada día...
soñandole...
...Anhelando volver a él...
...A ser parte de él...
¡¡¡Hola mi Mar, aqui me tienes otra vez...!!!
Los que no tenemos mar y lo añoramos venimos a buscarlo en versos como los tuyos.
ResponderEliminarParece que acaba uno elevándose sobre el asfalto.
Gracias.
Un abrazo
Cuánto sentimiento y qué bien expresado. Tu mar, mi lago, el agua y la inmensidad de este mundo maravilloso. Tan lejos y tan cerca. Qué pequeños somos ante semejante belleza y qué importantes nos sentimos de poder sentirla en la piel, con cada respiro. Un beso grande, desde el sur.
ResponderEliminarExcelente esta estrofa:
ResponderEliminarEl me sonríe entre nieblas y sal...
me acoge en su seno como a un
trozo de él que se hizo carne, y huesos,
y pisa la tierra cada día...
soñandole...
es poesía pura...
me encanta.
Mil besos