Abiertas las tinieblas,
descargas la madrugada,
de las sombras de mis recuerdos...
penetras descarada,
hasta la fé que no tengo,
tu olor es una daga,
en el vacio inmenso...
descargas la madrugada,
de las sombras de mis recuerdos...
penetras descarada,
hasta la fé que no tengo,
tu olor es una daga,
en el vacio inmenso...
Hay pequeñas muertes por las que merece la pena renacer(se) en el vacío..
ResponderEliminarSigue estremeciéndome leerte, Carlos, abrazo los aros de madera de cada uno de tus versos.
Un besito :)