tiritaba de tristeza y lo tome con mis manos,
entre el brick de leche
y la ensalada que sobro de la cena,
para acercarlo a mi pecho,
y que se calentara un poco...
Me da frío, pero siempe lo calentaba,
¿recuerdas?, cuando los augurios del invierno,
con nuestros huesos desnudos,
hacian la sopa de enero...
¿Porque no hacerlo ahora?,
aunque la costumbre se desvanezca,
tengo que revivirla,
con tu recuerdo pintado en mi pelo...
volví a tener tu corazón entre mis manos,
y ¿sabes? me gusta tanto como entonces...
o, aún mas,
quizás porque el mio,
nunca aprendió a olvidarle...